El Golpe
Antes de salir para Palacio, Rojas Pinilla llamó del
Batallón Caldas al doctor Urdaneta Arbeláez y le pidió que lo esperase, puesto
que para allá se dirigía. A las seis y cuarto llegó a Palacio -refiere
Urdaneta-. Entró con escolta de altos oficiales. Algunos armados. Hice entrar
al despacho presidencial a los más salientes. Nos sentamos en la mesa del
Consejo de Estado y Rojas pidió la palabra. Dijo Rojas: "Hemos sido objeto
de un atropello, por parte del doctor Gómez, que no podemos tolerar yo ni las
Fuerzas Armadas. He venido aquí con los representantes del Ejército, a exigirle
a usted que continué ejerciendo el poder".
Ante la negativa del doctor Urdaneta a asumir el poder
mientras el doctor Laureano Gómez estuviera en funciones, insisten los
generales Duarte Blum y Berrío Muñoz, así como el coronel Manuel Agudelo,
proponiendo éste último que del Palacio se llamara a la Corte Suprema de
Justicia para que declarase la vacancia del cargo de la presidencia y así
Urdaneta procediera a asumirlo. Estando en estas conversaciones el Secretario
General de la Presidencia, Alfredo Vásquez Carrizosa, comunicó la llegada a
Palacio de los doctores Mariano Ospina Pérez, Gilberto Alzate Avendaño,
Francisco de Paula Pérez, José Gabriel de la Vega y Luís Navarro Ospina,
quienes de inmediato terciaron en la discusión apoyando la solicitud a Urdaneta
de que aceptara el poder.
El ex-presidente Ospina Pérez dijo a Urdaneta: "este
es un hecho cumplido, no hay que engañarse; la única solución es que tu
reasumas la Presidencia. Todos los constituyentes te respaldamos".
El doctor Alzate Avendaño apoyó la tesis del coronel
Agudelo, pero mejorándola en su aspecto legal, y para el efecto sentenció:
"Es necesario convocar al Senado para que declare la vacancia".
Urdaneta continuaba negándose. Incluso se consideró que se formase una junta de
gobierno, un triunvirato mixto de militares y civiles.
"Cuando estábamos en esa discusión se presentó Rojas
-afirma Urdaneta- y me preguntó:
¿cuál es tu última resolución?
Le contesté: "Mi ultima es la primera, no vuelvo a
la Presidencia".
Lucio Pabón Núñez: "Y así fue pasando el tiempo;
pasaron unas horas en conversaciones en que asume o no asume. De pronto traían
whisky del que usaba Urdaneta para sus recepciones, no tomaron los militares.
Yo me tomé un whisky. Recuerdo que Pacho Rojas Escarpeta, que después fue
comandante de la Policía, me dijo: "Tú debes tener mucha sed... Está bien
tomarse un whisky, pero no vayas a tomar más, porque caramba, uno no sabe lo
que pueda pasar aquí". Le dije: "Claro hombre!". Pero hubo tal
cual militar que tomó más de lo debido y comenzaron a inquietarse. Yo entraba y
salía, de pronto le oía a un capitán Benítez que decía: "Carajo, si a mi
general le faltan pantalones, aquí hay que buscar a otro tipo". Y un
coronel, paisano mío que andaba en esas, se dirigió a mí y me dijo:
"Doctor Pabón, ¡qué carajo! Nosotros lo apoyamos si usted asume el
mando". Me fui donde Rojas y le dije: "Carajo hay que tomar
medidas."
"Resulta que Laureano se había ido a casa del
consuegro, el papá de la mujer de Álvaro Gómez y dizque se había puesto a hacer
pandeyucas. En esos días, un médico, Hernando Roa Martínez, citaba un caso,
tenía la especialidad de imitar, imitaba comedias, dramas clásicos, poesías y
hacia cosas también originales, compuso una cosa que llamó "Balada del
Pandeyuca", que contaba la vaina. Mientras el país estaba viviendo esta
situación, Laureano estaba haciendo pandeyucas. Bueno, no se consiguió nada.
Cuando yo me doy cuenta que habían desaparecido Ospina y un poco de gente
adversa. Es decir, a Palacio comenzaron a llegar Ospina y un poco de gente
adversa. Bueno, cuando me doy cuenta que Ospina y Urdaneta habían desaparecido.
Entonces pregunto y me dijeron están allá encerrados en la oficina del
secretario privado. Yo me fui a ese despacho que era de puerta corrediza, lo
abrí -primero le había dicho a Rojas que estaba sentado a un lado de la
presidencia, de la mesa que está en el salón del Consejo de Ministros y le dije
a Rojas, él estaba al lado de Alzate Avendaño y el doctor Francisco de Paula
Pérez y el general Berrío Muñoz, le dije:
"Aquí no hay más remedio sino que tú asumas el
poder, si no va a haber el reinado de la anarquía". Abrí la puerta del
despacho donde estaban reunidos el doctor Ospina y el doctor Urdaneta
conversando, les dije: "Vengo a comunicarles que el general Rojas acaba de
asumir la Presidencia de la República". El doctor Ospina se levantó y con
un acento muy marcadamente antioqueño me dijo:
"Pues ante los hechos cumplidos, no hay más remedio
en casos como éste, que aceptarlo".
Les dije: "Me parece que ustedes deben ser los
primeros en hacerse presentes y ofrecerle respaldo". Me los llevé a los
dos, llegué al sitio donde estaba Rojas y lo sorprendí diciéndole:
"El doctor Ospina y el doctor Urdaneta vienen a
ofrecerte el respaldo al saber que has asumido la Presidencia". Rojas si
más no sabe qué hacer. El general Berríó Muñoz comenzó a aplaudir y aplaudió
toda la gente y así quedó elegido Rojas, muy democráticamente. Le ofrecen el
respaldo, acepta ante la negativa de Urdaneta y la desaparición de Laureano. Me
dice a mí que le prepare una alocución. Y comienza el diálogo en torno de cómo
quedaría constituido el gabinete.
Yo a ratos participaba y escribía la primera alocución de
Rojas que tiene el título de "Paz, Justicia y Libertad". La cogió ya
redactada Alzate y no le gustó. El dijo: "No me parece". Yo le dije:
"Agregue, quite, ponga". Pero en fin "Ni quito, ni pongo".
La tomó Francisco de Paula Pérez, un profesor de Derecho Constitucional, y
dijo: "Está muy buena, lo que hace falta es una referencia a que Colombia
cumplirá su política internacional". Eso fue puesto en el original de puño
y letra por el doctor Pérez. Configuración del gabinete, observación personal,
¿qué ministro de Gobierno? Rojas dijo: "El ministro de Gobierno debe ser
el doctor Pabón". El doctor Ospina: "Me parece que debe serlo, porque
el doctor Pabón hoy es el ídolo del Ejército, porque lo defendió en sus fueros.
Se nota cómo lo aplauden y me parece que lo indicado, es que quede de ministro
de Guerra. Además así llegaron ustedes aquí pidiendo a Urdaneta al poder".
Y otra vez el doctor Pabón... Yo dije: "Mire yo no aspiro a ningún
ministerio, lo que quiero es que el país se salve de esta situación. Si sirvo
hasta para manejar el ascensor sirvo o si no, mejor por fuera. Por qué no
otro". Me dijo Rojas: "Yo condiciono esto a que tú me aceptes un
ministerio". Le dije: "Bueno, si es necesario lo acepto".
Ministro de Relaciones -hace un movimiento el doctor
Ospina y se saca un papelito. (Yo quise indagar por qué iba él preparado porque
cada vez que se iba a nombrar un ministro, miraba el papelito). Bueno miró el
papelito. "El doctor Evaristo Sourdís". Pienso que seguramente el
general Rojas cuando estaba en el Batallón Caldas llamó a Ospina y le contó lo
que iba a hacer y Ospina que era un lince debió prever que la cosa iba a
terminar en golpe, y que él iba a influir. Seguramente desde entonces hizo la
listica. Lo cierto era que él llevaba una listica y la aprovechaba cuando se
decía ministro de tal. Ministro de Obras Públicas: se formó un lío, que
Santiago Gómez Trujillo. En ese momento me llamó Rojas y dijo:
"Suspendamos esto". Se molestó el doctor
Ospina. Rojas me llamó aparte y me dijo: "Resulta que a Gilberto Alzate se
le ha metido que él debe ser el ministro de Obras pero yo no puedo nombrarlo
ministro de Obras porque me contradigo. Y siempre he sostenido que es un error
nombrar políticos para el Ministerio de Obras; se deben nombrar es
técnicos".
Rojas sí quería que quedara en el gabinete Alzate y me
pidió que fuera a decirle a Alzate o a convencerlo más bien, que aceptara el
Ministerio de Justicia. Alzate me dijo que no, que lo que él quería era ser
ministro de Obras, entre otras cosas, porque él tenía una gran documentación de
negociados que había hecho Jorge Leyva, el anterior ministro de Obras. Y que
quería deshacer todas las cosas malas que había hecho Jorge en su ministerio;
que no aceptaba en forma alguna el Ministerio de Justicia. Se quedó por fuera
Alzate. Esa misma noche, después de promulgado el gabinete, esa misma noche
Alzate me dijo: "Hombre he llegado a la conclusión de que he metido la
pata y he cometido un grave error. Yo he debido aceptar el ministerio, me quedo
sin poder. Ahora no tengo más amigos en el gabinete que tú. Entonces tú me vas
a tener que ayudar para conseguir vainitas y cosas". Hay un retrato de esa
noche en el salón de recepción de Palacio donde fuimos a dar después de la
lectura de la proclamita de Rojas y la constitución del gabinete, en que estoy
yo junto a Alzate; él conversándome y yo con mi sacoleva, como agachado y es
cuando me está diciendo esto.
El General Rojas supo premiar muy bien a sus
colaboradores: El Capitán Luis Carlos Camacho Leiva quien traicionó al su jefe
directo, el General Régulo Gaitán, recibió como premio el cargo de ayudante
personal del nuevo Presidente de la República. El Coronel Pauwels, ascendido a
general, alcanzó el Comando de la Fuerza Aérea, el Gral Berrío Muñoz fue
Ministro de Guerra y luego de Comunicaciones, el "Mico" Agudelo nunca
fue ascendido a general pero gozó del Ministerio de Comunicaciones, el Coronel
Navas Pardo, ascendido a General fue escogido a dedo por Rojas para encabezar
la Junta Militar que lo reemplazó y se retiró como ex Presidente. El General
Alfredo Duarte Blum alcanzó fugazmente el Ministerio de Guerra.
Días después del golpe y ya bien asentado en el solio
presidencial, el General Rojas Pinilla envió como emisarios en su nombre a los
generales Gustavo Berrio, Alfredo Duarte y Pedro A. Muñoz a casa del General
Mariano Ospina Rodríguez con el fin de convencerlo colaborar con el gobierno,
regresar a filas y aceptar el Comando de las Fuerzas Armadas. Sentados en la
sala de la casa de Ospina, los nombrados expusieron la propuesta del Presidente
Rojas y fueron sorprendidos con un rotundo "eso nunca" seguido del
retiro inmediato de Ospina del salon en que se encontraban quedando los
oficiales solos.
El Trece de Junio de 1953 Colombia batió un nuevo record.
Ese día tuvo tres presidentes; amaneció en el cargo, el designado Roberto
Urdaneta Arbeláez, al medio día asumió el Presidente Titular, Laureano Gómez
Castro; y en la tarde quedó como Presidente de Facto, el Teniente General
Gustavo Rojas Pinilla.