16:32 Publicado por MATRICULAS ABIERTAS

El Golpe







Antes de salir para Palacio, Rojas Pinilla llamó del Batallón Caldas al doctor Urdaneta Arbeláez y le pidió que lo esperase, puesto que para allá se dirigía. A las seis y cuarto llegó a Palacio -refiere Urdaneta-. Entró con escolta de altos oficiales. Algunos armados. Hice entrar al despacho presidencial a los más salientes. Nos sentamos en la mesa del Consejo de Estado y Rojas pidió la palabra. Dijo Rojas: "Hemos sido objeto de un atropello, por parte del doctor Gómez, que no podemos tolerar yo ni las Fuerzas Armadas. He venido aquí con los representantes del Ejército, a exigirle a usted que continué ejerciendo el poder".

Ante la negativa del doctor Urdaneta a asumir el poder mientras el doctor Laureano Gómez estuviera en funciones, insisten los generales Duarte Blum y Berrío Muñoz, así como el coronel Manuel Agudelo, proponiendo éste último que del Palacio se llamara a la Corte Suprema de Justicia para que declarase la vacancia del cargo de la presidencia y así Urdaneta procediera a asumirlo. Estando en estas conversaciones el Secretario General de la Presidencia, Alfredo Vásquez Carrizosa, comunicó la llegada a Palacio de los doctores Mariano Ospina Pérez, Gilberto Alzate Avendaño, Francisco de Paula Pérez, José Gabriel de la Vega y Luís Navarro Ospina, quienes de inmediato terciaron en la discusión apoyando la solicitud a Urdaneta de que aceptara el poder.

El ex-presidente Ospina Pérez dijo a Urdaneta: "este es un hecho cumplido, no hay que engañarse; la única solución es que tu reasumas la Presidencia. Todos los constituyentes te respaldamos".

El doctor Alzate Avendaño apoyó la tesis del coronel Agudelo, pero mejorándola en su aspecto legal, y para el efecto sentenció: "Es necesario convocar al Senado para que declare la vacancia". Urdaneta continuaba negándose. Incluso se consideró que se formase una junta de gobierno, un triunvirato mixto de militares y civiles.

"Cuando estábamos en esa discusión se presentó Rojas -afirma Urdaneta- y me preguntó:

¿cuál es tu última resolución?

Le contesté: "Mi ultima es la primera, no vuelvo a la Presidencia".

Lucio Pabón Núñez: "Y así fue pasando el tiempo; pasaron unas horas en conversaciones en que asume o no asume. De pronto traían whisky del que usaba Urdaneta para sus recepciones, no tomaron los militares. Yo me tomé un whisky. Recuerdo que Pacho Rojas Escarpeta, que después fue comandante de la Policía, me dijo: "Tú debes tener mucha sed... Está bien tomarse un whisky, pero no vayas a tomar más, porque caramba, uno no sabe lo que pueda pasar aquí". Le dije: "Claro hombre!". Pero hubo tal cual militar que tomó más de lo debido y comenzaron a inquietarse. Yo entraba y salía, de pronto le oía a un capitán Benítez que decía: "Carajo, si a mi general le faltan pantalones, aquí hay que buscar a otro tipo". Y un coronel, paisano mío que andaba en esas, se dirigió a mí y me dijo: "Doctor Pabón, ¡qué carajo! Nosotros lo apoyamos si usted asume el mando". Me fui donde Rojas y le dije: "Carajo hay que tomar medidas."

"Resulta que Laureano se había ido a casa del consuegro, el papá de la mujer de Álvaro Gómez y dizque se había puesto a hacer pandeyucas. En esos días, un médico, Hernando Roa Martínez, citaba un caso, tenía la especialidad de imitar, imitaba comedias, dramas clásicos, poesías y hacia cosas también originales, compuso una cosa que llamó "Balada del Pandeyuca", que contaba la vaina. Mientras el país estaba viviendo esta situación, Laureano estaba haciendo pandeyucas. Bueno, no se consiguió nada. Cuando yo me doy cuenta que habían desaparecido Ospina y un poco de gente adversa. Es decir, a Palacio comenzaron a llegar Ospina y un poco de gente adversa. Bueno, cuando me doy cuenta que Ospina y Urdaneta habían desaparecido. Entonces pregunto y me dijeron están allá encerrados en la oficina del secretario privado. Yo me fui a ese despacho que era de puerta corrediza, lo abrí -primero le había dicho a Rojas que estaba sentado a un lado de la presidencia, de la mesa que está en el salón del Consejo de Ministros y le dije a Rojas, él estaba al lado de Alzate Avendaño y el doctor Francisco de Paula Pérez y el general Berrío Muñoz, le dije:

"Aquí no hay más remedio sino que tú asumas el poder, si no va a haber el reinado de la anarquía". Abrí la puerta del despacho donde estaban reunidos el doctor Ospina y el doctor Urdaneta conversando, les dije: "Vengo a comunicarles que el general Rojas acaba de asumir la Presidencia de la República". El doctor Ospina se levantó y con un acento muy marcadamente antioqueño me dijo:

"Pues ante los hechos cumplidos, no hay más remedio en casos como éste, que aceptarlo".

Les dije: "Me parece que ustedes deben ser los primeros en hacerse presentes y ofrecerle respaldo". Me los llevé a los dos, llegué al sitio donde estaba Rojas y lo sorprendí diciéndole:

"El doctor Ospina y el doctor Urdaneta vienen a ofrecerte el respaldo al saber que has asumido la Presidencia". Rojas si más no sabe qué hacer. El general Berríó Muñoz comenzó a aplaudir y aplaudió toda la gente y así quedó elegido Rojas, muy democráticamente. Le ofrecen el respaldo, acepta ante la negativa de Urdaneta y la desaparición de Laureano. Me dice a mí que le prepare una alocución. Y comienza el diálogo en torno de cómo quedaría constituido el gabinete.

Yo a ratos participaba y escribía la primera alocución de Rojas que tiene el título de "Paz, Justicia y Libertad". La cogió ya redactada Alzate y no le gustó. El dijo: "No me parece". Yo le dije: "Agregue, quite, ponga". Pero en fin "Ni quito, ni pongo". La tomó Francisco de Paula Pérez, un profesor de Derecho Constitucional, y dijo: "Está muy buena, lo que hace falta es una referencia a que Colombia cumplirá su política internacional". Eso fue puesto en el original de puño y letra por el doctor Pérez. Configuración del gabinete, observación personal, ¿qué ministro de Gobierno? Rojas dijo: "El ministro de Gobierno debe ser el doctor Pabón". El doctor Ospina: "Me parece que debe serlo, porque el doctor Pabón hoy es el ídolo del Ejército, porque lo defendió en sus fueros. Se nota cómo lo aplauden y me parece que lo indicado, es que quede de ministro de Guerra. Además así llegaron ustedes aquí pidiendo a Urdaneta al poder". Y otra vez el doctor Pabón... Yo dije: "Mire yo no aspiro a ningún ministerio, lo que quiero es que el país se salve de esta situación. Si sirvo hasta para manejar el ascensor sirvo o si no, mejor por fuera. Por qué no otro". Me dijo Rojas: "Yo condiciono esto a que tú me aceptes un ministerio". Le dije: "Bueno, si es necesario lo acepto".

Ministro de Relaciones -hace un movimiento el doctor Ospina y se saca un papelito. (Yo quise indagar por qué iba él preparado porque cada vez que se iba a nombrar un ministro, miraba el papelito). Bueno miró el papelito. "El doctor Evaristo Sourdís". Pienso que seguramente el general Rojas cuando estaba en el Batallón Caldas llamó a Ospina y le contó lo que iba a hacer y Ospina que era un lince debió prever que la cosa iba a terminar en golpe, y que él iba a influir. Seguramente desde entonces hizo la listica. Lo cierto era que él llevaba una listica y la aprovechaba cuando se decía ministro de tal. Ministro de Obras Públicas: se formó un lío, que Santiago Gómez Trujillo. En ese momento me llamó Rojas y dijo:

"Suspendamos esto". Se molestó el doctor Ospina. Rojas me llamó aparte y me dijo: "Resulta que a Gilberto Alzate se le ha metido que él debe ser el ministro de Obras pero yo no puedo nombrarlo ministro de Obras porque me contradigo. Y siempre he sostenido que es un error nombrar políticos para el Ministerio de Obras; se deben nombrar es técnicos".

Rojas sí quería que quedara en el gabinete Alzate y me pidió que fuera a decirle a Alzate o a convencerlo más bien, que aceptara el Ministerio de Justicia. Alzate me dijo que no, que lo que él quería era ser ministro de Obras, entre otras cosas, porque él tenía una gran documentación de negociados que había hecho Jorge Leyva, el anterior ministro de Obras. Y que quería deshacer todas las cosas malas que había hecho Jorge en su ministerio; que no aceptaba en forma alguna el Ministerio de Justicia. Se quedó por fuera Alzate. Esa misma noche, después de promulgado el gabinete, esa misma noche Alzate me dijo: "Hombre he llegado a la conclusión de que he metido la pata y he cometido un grave error. Yo he debido aceptar el ministerio, me quedo sin poder. Ahora no tengo más amigos en el gabinete que tú. Entonces tú me vas a tener que ayudar para conseguir vainitas y cosas". Hay un retrato de esa noche en el salón de recepción de Palacio donde fuimos a dar después de la lectura de la proclamita de Rojas y la constitución del gabinete, en que estoy yo junto a Alzate; él conversándome y yo con mi sacoleva, como agachado y es cuando me está diciendo esto.

El General Rojas supo premiar muy bien a sus colaboradores: El Capitán Luis Carlos Camacho Leiva quien traicionó al su jefe directo, el General Régulo Gaitán, recibió como premio el cargo de ayudante personal del nuevo Presidente de la República. El Coronel Pauwels, ascendido a general, alcanzó el Comando de la Fuerza Aérea, el Gral Berrío Muñoz fue Ministro de Guerra y luego de Comunicaciones, el "Mico" Agudelo nunca fue ascendido a general pero gozó del Ministerio de Comunicaciones, el Coronel Navas Pardo, ascendido a General fue escogido a dedo por Rojas para encabezar la Junta Militar que lo reemplazó y se retiró como ex Presidente. El General Alfredo Duarte Blum alcanzó fugazmente el Ministerio de Guerra.

Días después del golpe y ya bien asentado en el solio presidencial, el General Rojas Pinilla envió como emisarios en su nombre a los generales Gustavo Berrio, Alfredo Duarte y Pedro A. Muñoz a casa del General Mariano Ospina Rodríguez con el fin de convencerlo colaborar con el gobierno, regresar a filas y aceptar el Comando de las Fuerzas Armadas. Sentados en la sala de la casa de Ospina, los nombrados expusieron la propuesta del Presidente Rojas y fueron sorprendidos con un rotundo "eso nunca" seguido del retiro inmediato de Ospina del salon en que se encontraban quedando los oficiales solos.

El Trece de Junio de 1953 Colombia batió un nuevo record. Ese día tuvo tres presidentes; amaneció en el cargo, el designado Roberto Urdaneta Arbeláez, al medio día asumió el Presidente Titular, Laureano Gómez Castro; y en la tarde quedó como Presidente de Facto, el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla.